![]() |
Un cuento de Marco MartosEl
escritor había publicado una novela sobre Sarita Colonia y estaba muy
ufano de la recepción de la crítica. Había ido a visitar a una amiga en
el distrito de Jesús María, en Lima, y salió, pasada la media noche, en
medio del frío y la garúa. Llevaba un sombrero y una bufanda y tomó un
taxi en la avenida Cuba. Se sentó al lado del chofer, cosa no
recomendada por los especialistas. Pudo ver en la repisa del auto que
había una imagen de Sarita Colonia, asunto tal vez nimio que lo llenó de
infantil orgullo. Volteó entonces hacia el conductor para iniciar una
conversación y advirtió en él la cicatriz de un tajo que le atravesaba
la cara. Con voz temblorosa el escritor dijo: " ¿Usted cree en Sarita
Colonia?" "Sí", fue la cortante respuesta. "¿Y le ha hecho algún
milagro?" "No, pero a usted sí, bájese en la esquina, pensaba asaltarlo,
pero Sarita lo ha salvado". El novelista recuperó el ánimo y antes de
bajar, buscó en su morral un ejemplar de la novela que le obsequió al
chofer. |
![]() |
| Marco Martos |
Un cuento de Marco Martos
El escritor había publicado una novela sobre Sarita Colonia y estaba muy ufano de la recepción de la crítica. Había ido a visitar a una amiga en el distrito de Jesús María, en Lima, y salió, pasada la media noche, en medio del frío y la garúa. Llevaba un sombrero y una bufanda y tomó un taxi en la avenida Cuba. Se sentó al lado del chofer, cosa no recomendada por los especialistas. Pudo ver en la repisa del auto que había una imagen de Sarita Colonia, asunto tal vez nimio que lo llenó de infantil orgullo. Volteó entonces hacia el conductor para iniciar una conversación y advirtió en él la cicatriz de un tajo que le atravesaba la cara. Con voz temblorosa el escritor dijo: " ¿Usted cree en Sarita Colonia?" "Sí", fue la cortante respuesta. "¿Y le ha hecho algún milagro?" "No, pero a usted sí, bájese en la esquina, pensaba asaltarlo, pero Sarita lo ha salvado". El novelista recuperó el ánimo y antes de bajar, buscó en su morral un ejemplar de la novela que le obsequió al chofer.

.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ