Salalá viene volando desde la laguna negra
de las huarinjas de Huancabamba,
en el extremo norte del Perú.
Sus patas parecen hélices y su cuerpo
una enorme turbina de un poderoso avión.
Ronronea, por supuesto que ronronea
entre los bolsones de nubes del intenso azul.
Es un mago que llega hasta en mi morada
en la noche atroz del insomnio y me trae
hierbas medicinales para mi atribulado corazón.
Ignoro como conozco su lenguaje de maullidos,
en mi duermevela lo traduzco al sentido común.
Hay gente, me dice, que es peor que las fieras
que matan por obligación, personas que persiguen
a las curanderas, en nombre de una inexistente ley.
La sabiduría antigua de milenios merece preservarse,
juntarse con los fármacos, para dar salud.
Salalá me dice, antes de dormirse al pie de la cama:
¿acaso la penicilina no se descubrió de algo natural?
Marco Martos |
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ