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Una emotiva historia de la infancia de Katharine Hepburn (1907-2003) |
Una emotiva historia de la infancia de Katharine Hepburn (1907-2003)
"Una vez cuando era adolescente, mi padre y yo estábamos haciendo fila para comprar entradas para el circo.
Finalmente, solo había otra familia entre nosotros y el mostrador de entradas.
Había, ocho niños, todos probablemente menores de 12 años.
De la forma en que estaban vestidos, se podía decir que no tenían mucho dinero, pero su ropa era limpia, muy limpia.
Los niños eran bien educados, todos ellos parados en la cola, de dos en dos detrás de sus padres, tomados de la mano.
Estaban emocionados por los payasos, los animales, y todos los actos que verían esa noche.
Sería un punto culminante en sus vidas.
El padre y la madre estaban a la cabeza de la manada de pie orgullosos como podría ser.
La madre estaban sosteniendo la mano de su marido.
Él estaba sonriendo y disfrutando viendo a su familia feliz.
La señora del boleto le preguntó al hombre ¿cuántos boletos quería? El respondió con orgullo, "Me gustaría comprar ocho entradas para niños y dos para adultos, para poder llevar a mi familia al circo."
La señora del boleto declaró el precio.
La esposa del hombre soltó su mano, se le cayó la cabeza, el labio del hombre comenzó a temblar.
Entonces se inclinó un poco más cerca y pregunto:
"¿Cuanto dijiste?"
La señora del boleto volvió a declarar el precio.
El hombre no tenía suficiente dinero.
Cómo se suponía que iba a girar y decir a sus ocho hijos que no tenían suficiente dinero para llevarlos al circo.
Viendo lo que estaba pasando, mi papá metió su mano en su bolsillo, sacó un billete de 20 dólares, y luego lo dejó caer al suelo. Mi padre se inclinó, recogió el billete, tocó al hombre en el hombro y dijo: "Disculpe, señor, esto cayó de su bolsillo."
El hombre entendió lo que estaba pasando.
No estaba pidiendo una limosna, pero sin duda agradeció la ayuda en una situación desesperada, desgarradora y vergonzosa.
Miró directamente a los ojos de mi papá, tomó la mano de mi padre y, apretó fuertemente el billete y con el labio tembloroso y una lágrima cayendo de su mejilla, respondió, "Gracias, gracias a Usted, señor. Esto realmente significa mucho para mí y mi familia".
Mi padre y yo volvimos a nuestro coche y condujimos a casa.
Los 20 dólares que regaló mi papá es con los que íbamos a comprar nuestros propios boletos.
Aunque no pude ver el circo esa noche, ambos sentimos una alegría dentro de nosotros que fue mucho mayor que ver el circo.
"Ese día aprendí el verdadero valor de dar."
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ