DAMA, ESCRIBE DINO CAMPANA A SIBILLA ALERMO POR MARCO MARTOS |
DAMA, ESCRIBE DINO CAMPANA A SIBILLA ALERMO POR MARCO MARTOS
Tú me haces falta como la luz, como el sueño, como el agua, como el sol,
sin ti camino dando tumbos como un oso dando pena
en el asfalto de la ciudad, en medio de la canícula del verano
o los vientos encontrados del otoño y la lluvia mordaz de los inviernos.
Me acomodo a tu presencia y a tus silencios, a tus desaforados trabajos,
a tus usos solitarios de los múltiples teléfonos.
Estoy haciéndote guardia en los vestíbulos, con mis papeles,
para que cuadres y pongas orden en el laberinto de mis pensamientos.
Hay tantas cosas que te debo, no alcanzan las jornadas
para decirlo o contarlo con las minucias respectivas.
Dame fuerzas para acabar lo principiado, para escribir sin parar
aquello que me dictan los dioses griegos, que son tan verdaderos
que no tienen libro de sanciones, ni llamas para réprobos,
solo proponen la justicia, el honor como un paraíso,
el amor entre los hombres y el cuidado de los niños.
Quedémonos contentos contemplando el sol de las mañanas,
y el disco de oro y rosa que se hunde en las aguas,
cuando la noche llega con su manto oscuro
y luego quedan en los cielos las estrellas como llamas lejanas.
Tú me haces falta como la luz, como el sueño, como el agua, como el sol,
sin ti camino dando tumbos como un oso dando pena
en el asfalto de la ciudad, en medio de la canícula del verano
o los vientos encontrados del otoño y la lluvia mordaz de los inviernos.
Me acomodo a tu presencia y a tus silencios, a tus desaforados trabajos,
a tus usos solitarios de los múltiples teléfonos.
Estoy haciéndote guardia en los vestíbulos, con mis papeles,
para que cuadres y pongas orden en el laberinto de mis pensamientos.
Hay tantas cosas que te debo, no alcanzan las jornadas
para decirlo o contarlo con las minucias respectivas.
Dame fuerzas para acabar lo principiado, para escribir sin parar
aquello que me dictan los dioses griegos, que son tan verdaderos
que no tienen libro de sanciones, ni llamas para réprobos,
solo proponen la justicia, el honor como un paraíso,
el amor entre los hombres y el cuidado de los niños.
Quedémonos contentos contemplando el sol de las mañanas,
y el disco de oro y rosa que se hunde en las aguas,
cuando la noche llega con su manto oscuro
y luego quedan en los cielos las estrellas como llamas lejanas.
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ