
Walter Faila: Callejones: "yo fui feliz un día, corazón,
¿acaso tu lo recuerdas?"
Callejones
Hay un misterio de ojos rompiendo el paisaje
de éstas callejas anchas donde abundan los recuerdos.
Una insensata discordia en las fachadas modernas
y una conspiración de labios
pronunciando mi nombre en la empotrada vereda.
Un niño rubio y un viejo calvo,
dos madres conservadoras,
y ataúd de nogal en medio de la represa.
Hay un molino de ausencia, en éstas grandes callejas,
festín de aguas servidas en cordones y cunetas
un tren a leña, que suena como a derrumbe
por las vías infinitas
en que se alarga mi mirada hasta el sinfín de la senda.
Hay telegramas de olvidos debajo del calendario
mis tres o cuatro mendigos rodeando una vaga mesa
la voz del rito dormido y una estación de quimeras.
Misterios, misterios de ojos perdidos
buscando a tientas la huella
el sobre roto del tiempo, posdatada la memoria.
Hay un bálsamo de gloria debajo de éstas callejas
sepultadas junto a mi infancia
mis dulces niñas de seda, las manos de mi Sofía,
los pechos de mi Azucena.
¿Te acuerdas? Corazón, ¡que grande fue tu vergüenza!
cuando a Rocío besaban tus labios por vez primera.
Ay, callejas, callejas de pueblo herido
baldosas flojas del tiempo
raíces de mis eventos, vejamen de mi anatema.
Hoy, un misterio de ojos rompe el paisaje
en éstas anchas callejas,
yo fui feliz un día, corazón,
¿acaso tu lo recuerdas?
Walter Faila
Hay un misterio de ojos rompiendo el paisaje
de éstas callejas anchas donde abundan los recuerdos.
Una insensata discordia en las fachadas modernas
y una conspiración de labios
pronunciando mi nombre en la empotrada vereda.
Un niño rubio y un viejo calvo,
dos madres conservadoras,
y ataúd de nogal en medio de la represa.
Hay un molino de ausencia, en éstas grandes callejas,
festín de aguas servidas en cordones y cunetas
un tren a leña, que suena como a derrumbe
por las vías infinitas
en que se alarga mi mirada hasta el sinfín de la senda.
Hay telegramas de olvidos debajo del calendario
mis tres o cuatro mendigos rodeando una vaga mesa
la voz del rito dormido y una estación de quimeras.
Misterios, misterios de ojos perdidos
buscando a tientas la huella
el sobre roto del tiempo, posdatada la memoria.
Hay un bálsamo de gloria debajo de éstas callejas
sepultadas junto a mi infancia
mis dulces niñas de seda, las manos de mi Sofía,
los pechos de mi Azucena.
¿Te acuerdas? Corazón, ¡que grande fue tu vergüenza!
cuando a Rocío besaban tus labios por vez primera.
Ay, callejas, callejas de pueblo herido
baldosas flojas del tiempo
raíces de mis eventos, vejamen de mi anatema.
Hoy, un misterio de ojos rompe el paisaje
en éstas anchas callejas,
yo fui feliz un día, corazón,
¿acaso tu lo recuerdas?
Walter Faila
No hay comentarios:
Publicar un comentario
De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ