Zhuangzi

La felicidad verdadera solo se encuentra en la mente sin restricciones. Zhuangzi

jueves, agosto 08, 2019

POEMAS DE PAUL CELAN

 
 Paul Celan, poeta rumano de origen judío y habla alemana, considerado por la crítica internacional como el más grande lírico en alemán de la segunda posguerra.​

POEMAS DE PAUL CELAN
Corona
PAUL CELAN
 
En mi mano el otoño come su hoja: somos amigos.
Extraemos el tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar:
regresa el tiempo a la nuez.
En el espejo es domingo,
en el sueño se duerme,
la boca dice la verdad.
Mi ojo asciende al sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos palabras oscuras,
nos amamos como se aman amapola y memoria,
nos dormimos como el vino en los cuencos,
como el mar en el rayo sangriento de la luna.
Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
tiempo es de que se sepa,
tiempo es de que la piedra pueda florecer,
de que en la inquietud palpite un corazón.
Tiempo es de que sea tiempo.
Es tiempo.
 
Versión de José Ángel Valente
 
 
 

 
 
 
Toda la vida
PAUL CELAN
 
Los soles del sueño ligero son azules como tu cabello una hora antes del amanecer.
También ellos crecen rápido como la hierba sobre la tumba de un pájaro.
También los enreda el juego que jugamos como ensueño en los barcos del placer.
En las rocas calcáreas del tiempo también los encuentran los puñales.
Los soles del sueño profundo son más azules: así fue tu cabellera sólo una vez.
Yo, viento nocturno, me demoraba en el seno venal de tu hermana.
Tu cabello colgaba en el árbol sobre nosotros, pero tú no estabas.
Nosotros éramos el mundo y tú eras un zarzal ante las puertas.
Los soles de la muerte son blancos como el cabello de nuestro hijo:
se elevó de las aguas cuando armaste una tienda en la duna.
Alzó sobre nosotros el cuchillo de la dicha con ojos apagados.
 
Versión de José Luis Reina Palazón
 
 
 
 
 
(De "La arena de las urnas", 1948)
 PAUL CELAN
 
Chopo, tu follaje mira blancamente hacia lo oscuro.
El cabello de mi madre nunca se hizo blanco.
Diente de león, así de verde es la Ucrania.
Mi rubia madre no regresó al hogar.
Nimbo, ¿te demoras junto a la fuente?
Mi callada madre llora por todos.
Redonda estrella, tú rizas el dorado bucle.
El corazón de mi madre fue herido de plomo.
Puerta de roble, ¿quién te dislocó de los goznes?
Mi dulce madre no puede venir.
La arena de las urnas
De verde herrumbroso es la casa del olvido.
Ante cada una de las puertas batientes azúlase tu juglar decapitado.
Para ti toca el tambor de musgo y vello amargo del pubis;
con el dedo llagado del pie tu ceja pinta en la arena.
La dibuja más larga de lo que era, y el rojo de tu labio.
Llenas aquí las urnas y cenas tu corazón.
Cuenta las almendras,
cuenta lo que amargo fue y te mantuvo despierta,
cuéntame además a mí:
Yo buscaba tu ojo, cuando lo abrías y nadie te vio,
tensé toda hebra secreta,
por donde el rocío que pensaste
descendió hasta los cántaros,
una sentencia los cuida que no llegó al corazón de ninguno.
Sólo allí ingresabas entera en el nombre, en el tuyo,
avanzabas con pie seguro hacia ti,
oscilaron libres los martillos en el campanil de tu silencio,
se te unió lo que escuchaste al acecho,
lo muerto también te rodeó con el brazo,
y los tres anduvisteis a través de la tarde.
Vuélveme amargo.
Cuéntame entre las almendras.
 
Versiones de Pablo Oyarzún
 
 
 
 
 
 
Canción a una dama en la sombra
PAUL CELAN
 
Cuando la Taciturna llegue y decapite los tulipanes,
¿Quién saldrá ganando?
¿Quién saldrá perdiendo?
¿Quién se asomará a la ventana?
¿Quién pronunciará primero su nombre?
Alguien que es portador de mis cabellos.
Los lleva como se lleva a los muertos en las manos.
Los lleva como llevó el cielo mis cabellos aquel año en que amé.
Los lleva así por vanidad.
Ese saldrá ganando.
No saldrá perdiendo.
No se asomará a la ventana.
No pronunciará su nombre.
Es alguien que está en posesión de mis ojos.
Los tiene desde que se cierran los portones.
Los lleva en los dedos, como anillos.
Los lleva como añicos de fruición y zafiro:
era ya mi hermano en otoño;
y ya cuenta los días y las noches.
Ese saldrá ganando.
No saldrá perdiendo.
No se asomará a la ventana.
Pronunciará su nombre el último.
Es alguien que tiene lo que dije.
Lo lleva bajo el brazo, como un bulto.
Lo lleva como el reloj su peor hora.
Lo lleva de umbral en umbral, mas no lo arroja.
Ese no saldrá ganando.
Saldrá perdiendo.
Se asomará a la ventana.
Pronunciará su nombre el primero.
Será decapitado con los tulipanes.
Sueño y sustento
El aliento nocturno es tu sábana,
la tiniebla se acuesta a tu lado.
Los tobillos te roza, las sienes;
te despierta a la vida y al sueño,
te rastrea en el verbo,
en el deseo, en las ideas,
duerme con cada una de ellas
y te atrae con halagos.
Te peina la sal de las pestañas,
te la sirve a la mesa,
les escucha a tus horas la arena
y la pone a tu alcance.
Y aquello que era cuando rosa era,
sombra y agua, te lo escancia.
 
Versiones de Felipe Boso
 
 

 
Cristal
PAUL CELAN
 
No busques en mis labios tu boca,
ni en la puerta al extraño,
ni en el ojo la lágrima.
Siete noches más arriba
pasa el rojo hacia el púrpura,
siete corazones más adentro
insiste la mano en la puerta,
siete rosas más tarde
se escucha el rumor de la cisterna.
 
Versión de José María Pérez Gay

 

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