REGALOS DEL CAZADOR DE VERSOS
El hijo del ensueño
¡Un hijo! Tú sabes, tú sientes qué es eso:
Ver nacer la vida del fondo de un beso
Por un inefable milagro de amor.
Un beso que llene la cuna vacía
Y que ingenuamente nos mire y sonría,
¡Un beso hecho flor!
¡Un hijo! Un fragante, fuerte y dulce lazo.
Me parece verlo sobre tu regazo palpitando ya;
Y miro moverse con pueril empeño
Las pequeñas manos de nuestro pequeño,
Como si quisieran sujetar un sueño
Que llega y se va.
En el agua fresca de nuestras ternuras
Mojará las alas de sus travesuras
Como una paloma que aprende a volar.
Y será violento, loco y peregrino,
Y amará igualmente la mujer y el vino
Y el cielo y el mar.
Con la sed amarga de la adolescencia
Beberá en la fuente turbia de la ciencia.
¡Mi tierno cantor!
Irá por el mundo con su lira al hombro
Dejando un reguero de rosas de asombro
Y aún áureo fulgor.
Cruzará al galope la árida llanura
Pálido de ensueño, loco de aventura
Y ebrio de ideal.
Y en su desvarío de viajes remotos
Volverá algún día con los remos rotos,
Trayendo en los labios un sabor de sal.
Caminante absurdo, de caminos muertos
Pasará su sombra sobre los desiertos
En una infinita peregrinación,
Y su alucinada pupila inconforme
Verá en su destino grabada
Una enorme interrogación.
Pero será inútil su tenaz andanza
Persiguiendo un sueño que jamás se alcanza.
Y ha de ser así, pues no hallará nunca, como yo,
La meta de todas sus ansias de hombre y poeta,
Porque en las mujeres de su vida inquieta
No hallará ninguna parecida a ti.
Que tú eres la rosa de una sola vida,
La rosa que nadie verá repetida
Porque al deshojarse secará el rosal.
Y como en el mundo ya no habrá esa rosa,
Él irá en su búsqueda infructuosa
En pos de una igual.
José Ángel Buesa
Quiero escribir versos muy reales
y me haces recitar de los románticos
quiero escribir canciones de amor las cuales
entones tú como si fueran cánticos.
No seré egoísta si te pido
que me ames mucho más día tras día
y ten en cuenta que ser celoso es egoísmo
y no nos hará feliz la vida.
Esta confianza que tenemos, mutua,
nos acerca más y más a los dos,
y nos hace continuar en esta ruta,
caminando de la mano con amor.
Y no puedo ocultar, no oculto,
ni callarme siquiera quisiera,
de que te amo con amor profundo
con mi corazón, con mi vida entera.
AUTOR
Ruben Sada
Tómame, oh noche eterna
Tómame, oh noche eterna,
En tus brazos y llámame hijo.
Yo soy un rey que voluntariamente
Abandonó su trono de ensueños y cansancios.
Mi espada, pesada en brazos flojos,
A manos viriles y calmas entregué;
Y mi cetro y corona los dejé
En la antecámara, hechos pedazos.
Mi cota de malla, tan inútil,
Mis espuelas, de un tintineo tan fútil,
Las dejé por la fría escalinata.
Desvestí la realeza, cuerpo y alma,
Y regresé a la noche antigua y serena
Como el paisaje al morir el día.
Fernando Pessoa
Si yo pudiera
Si yo pudiera morder la tierra toda
Y sentirle el sabor
Sería más feliz por un momento.
Pero no siempre quiero ser feliz
Es necesario ser de vez en cuando infeliz
Para poder ser natural.
No todo es días de sol y la lluvia,
Cuando falta mucho, se pide.
Por eso tomo la infelicidad con la felicidad
Naturalmente, como quien no se extraña
De que existan montañas y planicies
De que haya rocas y hierbas.
Lo que es necesario es ser natural y calmado
En la felicidad o en la infelicidad.
Sentir como quien mira
Pensar como quien anda,
Y, cuando se ha de morir,
Recordar que el día muere
Y que el poniente es bello
Y es bella la noche que queda.
Así es y así sea.
Fernando Pessoa
Cuando yo muera quiero tus manos en mis ojos:
quiero la luz y el trigo de tus manos amadas
pasar una vez más sobre mí su frescura:
sentir la suavidad que cambió mi destino.
Quiero que vivas mientras yo, dormido, te espero,
quiero que tus oídos sigan oyendo el viento,
que huelas el aroma del mar que amamos juntos
y que sigas pisando la arena que pisamos.
Quiero que lo que amo siga vivo
y a ti te amé y canté sobre todas las cosas,
por eso sigue tú floreciendo, florida,
para que alcances todo lo que mi amor te ordena,
para que se pasee mi sombra por tu pelo,
para que así conozcan la razón de mi canto.
NERUDA
A veces, y el sueño es triste
A veces, y el sueño es triste,
En mis deseos existe
Lejanamente un país
Donde ser feliz consiste
Solamente en ser feliz
Se vive como se nace
Sin querer y sin saber.
En esa ilusión de ser
El tiempo muere y renace
Sin que se sienta correr.
El sentir y el desear
No existen en esa tierra.
Y no es el amor amar
En el país donde yerra
Mi lejano divagar.
Ni se sueña ni se vive:
Es una infancia sin fin.
Y parece que revive
Ese imposible jardín
Que con suavidad recibe.
Cansa ser, suele sentir
Cansa ser, suele sentir, pensar destruye.
Ajena a nosotros derrúmbase la hora,
Dentro y fuera de nosotros, y todo en ella.
Inútilmente el alma llora.
¿De qué sirve? ¿Qué es lo que debe servir?
Pálido esbozo leve
Del sol de invierno sonríe en mi cama…
Vago susurro breve.
De las vocecitas que despierta la mañana,
De la fútil promesa del día,
Muerta al nacer, en la esperanza absurda y lejana
En la que el alma confía.
Cuando era joven, me decía a mí mismo
Cuando era joven, me decía a mí mismo:
"¡Cómo pasan los días, día a día,
Sin nada conseguido o intentado!".
Más viejo digo, con el mismo enfado:
"¡Cómo, día tras día, todos son
Sin nada hecho y sin nada en la intención!".
Así, naturalmente, envejecido,
Diré con igual voz e igual sentido:
"Un día vendrá el día
En el que no diré ya nada".
Quien nada fue no es ni dirá nada.
Fernando Pessoa
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ