domingo, julio 01, 2018

POEMAS DE MARCO MARTOS CARRERA

 
Marco Gerardo Martos Carrera (29 de noviembre de 1942) es un reconocido escritor y poeta peruano. Es considerado uno de los principales representantes de la Generación del 60 en la poesía peruana. Presidente de la Academia Peruana de la Lengua, catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de dicha casa de estudios (Mayo 2013).

Marco Martos nació en el entonces Hospital de Belén de Piura. Su padre fue el huancabambino Néstor Samuel Martos Garrido (1903-1973) notable historiador y periodista. Su madre fue doña Rosa Clementina Carrera Ubillús de Martos (1907-1958), dama huancabambina que durante el siglo XX se dedicó a la educación de la niñez piurana.

Realizó sus estudios primarios en el colegio "Salesiano", una institucion educativa cuya sede estuvo ubicada en la calle Libertad, frente a la Plaza Merino en la ciudad de Piura. Poco después cuando pasaba a quinto grado, a petición de él, sus padres lo cambiaron al colegio San Miguel de Piura donde culminó también sus estudios secundarios, sobresaliendo desde entonces en los cursos de letras.

En los años 60, con su llegada a Lima, Marco Martos empieza a vislumbrar su vida poética. Ingresa a estudiar Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú; pero, impulsado por su vocación literaria, ingresa a estudiar Literatura Hispana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde conoció a la que sería después su esposa y madre de sus tres hijos, Carmen Castañeda.

Es doctor en Literatura, poeta y periodista peruano. Prolífico autor de obras poéticas, se le considera uno de los principales representantes de la Generación del 60 en la poesía peruana. Sus poemas usan un lenguaje sencillo, irónico y cotidiano para criticar la realidad en la que vive y para referirse a la soledad y al aburrimiento existencial.

En 1967 fue ganador de los Juegos Florales de Poesía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y en 1969 obtuvo el Premio Nacional de Poesía José Santos Chocano. Ha participado como jurado en muchísimos certámenes de poesía, entre ellos fue Jurado del Premio Casa de las Américas en (1984).

Marco Martos, también sobresalió en ajedrez entre 1960 y 1964. En 1962 en un torneo obtuvo el primer puesto y en 1963 obtiene victorias frente a ajedrecistas chilenos. En ese mismo año el diario La Prensa de Lima sostuvo que era una lástima que Marco se dedicara a la poesía. Más tarde escribiría "Jaque Perpetuo", un poemario dedicado al ajedrez, una de las grandes pasiones de su vida.

En 1969, se presentó a un concurso organizado por La Casa de la Cultura del Perú en donde obtuvo el Primer Premio Nacional de Poesía con su libro "Cuaderno de Quejas y Contentamientos".

Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en donde luego fue decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas. Actualmente se desempeña como profesor principal de esta facultad y director de su Unidad de Posgrado, además es profesor en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, la cual, pese a ser desconocida para muchos, se proyecta como un semillero de futuros filósofos, escritores y maestros.

Se graduó como bachiller en Letras en 1972 con la tesis "Darío y Machado: del modernismo a la literatura comprometida" y como doctor en Letras en 1974 con la tesis: "la poesía amorosa de César Vallejo en Los heraldos negros y trilce".

Su obra le ha valido un amplio reconocimiento, la cual ha sido traducida y publicada en alemán, griego, francés, portugués, húngaro, italiano e inglés.

Desde 2005 hasta el 2014 presidente de la Academia Peruana de la Lengua.

Nuevamente, en el 2010, llega a ser decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

El 01 de agosto de 2013, recibe el homenaje principal en la Feria Internacional del Libro de Perú, en el auditorio principal, contando con la asistencia de más de 200 personas entre poetas, amigos, familiares y prensa local e internacional.
  • Biblioteca del mar. (Lima: Vicio Perpetuo Vicio Perfecto. 2013)
  • Vespertilio. (Lima: Vicio Perpetuo Vicio Perfecto. 2012)
  • Vértigo. (Lima: Vicio Perpetuo Vicio Perfecto. 2012)
  • Poemario Dante y Virgilio. Iban oscuros en la profunda noche. (Lima: Universidad San Martín de Porres. 2008)
  • Aunque es de noche. (Lima: Hipocampo. 2006)
  • Dondoneo. (Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 2004)
  • Jaque perpetuo. (Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú. 2003)
  • El monje de Praga. (Lima: Hipocampo. 2003)
  • Sílabas de la música. (Lima: LIRSUR. 2002)
  • El mar de las tinieblas. (Lima: El Caballo Rojo-Atenea. 1999)
  • Al leve reino. (Obra poética 1965-1996) (Lima: Peisa. 1996)
  • Cabellera de Berenice. (Trujillo: SEA-Municipalidad Provincial de Trujillo-Casa del artista. 1991)
  • Muestra de arte rupestre. (Lima: Instituto Nacional de Cultura. 1990)
  • Carpe diem/El silbo de los aires amorosos. (Lima: CEPES. 1981)
  • Carpe diem. (Lima: Haraui. 1979)
  • Donde no se ama. (Lima: Milla Batres. 1974)
  • Cuaderno de quejas y contentamientos (Lima: CMB. 1969)
  • Casa nuestra. (Lima: Ediciones de la Rama Florida. 1965)
  • Caligrafía China. (Lima: Grupo editorial Peisa. 2014
  • Máscaras de Roma. (Lima: Grupo editorial Caja Negra. 2015
  • Libro de Animales. (Lima: Callao. 2016

BIBLIOTECA POR MARCO MARTOS
http://www.youtube.com/watch?v=RUJ4SMpyiTU&feature=youtu.be&a

BOCA DE DIOS POR MARCO MARTOS
http://www.youtube.com/watch?v=Nu3Yddg1x6E

VIRINGO POR MARCO MARTOS
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10152191504099082&type=1&l=1abf9c55ab

LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD SEGÚN LA TRADICIÓN ZEN: MARCO MARTOS
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10152143936054082&type=1&l=30fad7c7a8

OFICIO

Mi oficio es el canto
el canto de las palabras,
el dulce embrujo
de las sílabas
y las asonancias.
Éste es mi oficio
y no lo cambio por nada,
pero qué difícil es
querer decir algo
y no tener sino gana.

Casa nuestra, 1964.
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”La poesía y el perfume de la oralidad” por Marco Martos
En su libro Anatomía de la crítica (Princeton University Press, 1957), Northrop Frye, uno de los estudiosos de la literatura que más aprecio, dice que hay artes mudas. En los dominios de la música, la pintura y la escultura es fácil advertirlo. En contraste, la poesía habla, pero la poesía se sirve de las palabras del lenguaje de manera peculiar; al revés que en el habla de todos los días, no apela al lector de modo directo y cuando lo hace, nos parece lícito pensar que el poeta duda de la capacidad de los oyentes o de los críticos.

Como las artes aludidas, el poema también es mudo o mejor, dice otra cosa de lo que parece. Esto es tan cierto que hasta ahora no hay una unívoca interpretación de los poemas más conocidos. Es verdad que algunos poetas pueden hacer gala de un espíritu crítico y son capaces de hablarnos de su obra, pero cuando lo hacen no son para nosotros sino personas que se incorporan a la tarea de comentaristas, sin ningún privilegio y sin que se les considere autoridades en la materia. Y no importa que quien lo haga sea el mismo Dante.Hasta aquí Frye. Continúo ahora esa reflexión. La literatura tiene características peculiares que dificultan los juicios definitivos. Es una opinión muy difundida, y al parecer verdadera, aquella que sostiene que el tiempo es el juez literario más severo e inapelable y que un escritor que merece incorporarse al canon literario, que no es lo mismo que el panteón literario, es alguien que ha pasado la prueba de fuego de haber sido leído con placer, por distintas generaciones.

Asistimos, sin embargo, todos los días, a nuevas valoraciones de escritores olvidados que son incorporados a la memoria colectiva. De un modo más o menos general podemos precisar qué tipo de literatura o qué escritores nos agradan más en un momento histórico determinado, pero no podemos saber si nuestro gusto prevalecerá en el futuro. Lo que sí podemos hacer es estudiar características de escritores del pasado que han llegado hasta nosotros lozanos, pues ellos tienen algo que decirnos, pese al paso del tiempo. Por eso los llamamos clásicos. En un primer tiempo la poesía, aparte de este decir otro, que estuvo siempre en el centro de su dicción, cumplía los papeles que ahora solemos asignarles a la prensa, la radio y la televisión: la transmisión de noticias, la toma de posición frente a los asuntos de interés común. Con el paso de los siglos, el receptor, que era también un oyente, se fue transformando en lector que con fino oído empezó a distinguir la importancia de la manera de decir, es decir el estilo, y no solamente del tema propuesto. En las sociedades que inician su desarrollo, el poeta tenía un papel civil reconocido por los diversos estratos.

Los poetas que llegaron a América en las naves españolas o eran soldados o eran clérigos. Inmersos todavía en un espíritu medieval, no tenían una idea clara de la autoría. Por fin, en el siglo XIX, nos nacieron grandes poetas como Rubén Darío, José Martí y Manuel González Prada. La característica común que tuvieron fue una gran conciencia artística y una preocupación por los temas ciudadanos. La poesía conserva en Hispanoamérica, a lo largo de todo el siglo XX, ese perfume de oralidad que le viene de sus orígenes. La costumbre arraigada de recitar poemas en público, vigente en nuestros países y en España, se ha perdido casi completamente en Francia donde la poesía es musitada o leída en silencio. Pero poco a poco en tierra americana se va creando una legión de lectores solitarios que en las bibliotecas o en las salas privadas prescinde de la actitud comunal.

¿Qué explicación dar a este doble fenómeno?
En principio, como queda dicho, la tendencia mundial, a partir del renacimiento nos parece, es que el aprecio de la poesía se separa de la importancia asignada a los temas. Sin embargo existen comunidades, las que están en plena formación de su nacionalidad o las que están inmersas en una conmoción social, en las que el asunto del que se hable tiene un considerable aprecio. Ahora vivimos un momento histórico en todo el mundo en el que el mercado tiene una importancia central, tanto que se mide el valor de los productos del trabajo e ingenio humanos en función de su transformación en mercancía. Y la poesía, como es bien sabido, tiene el último puesto entre aquello que puede negociarse, ser objeto de compra venta. Como se ha dicho, los papeles medievales que correspondían a la poesía, ahora pertenecen a otros medios de comunicación. La antigua épica, convertida en novela, se ha quedado con el arte de contar. A la poesía, a esa parcela que llamamos lírica, en general sólo le queda el estilo. Pero la poesía no es sólo colocar bien las palabras. Es una concentración del lenguaje, un rigor interno, por último, un escalofrío que penetra a las verdades universales y los ofrece de un peculiar modo. La poesía tiene algo antiguo que está en el espíritu de los hombres y que felizmente no ha sido arrasado por ningún sistema político: la necesidad de la comunicación personal, íntima. La poesía responde a ese sentimiento colectivo que ya anidaba en el hombre de la tribu y que aparentemente se ha perdido en la vorágine de las grandes ciudades. Aunque se escriba y publique, la poesía tiene el perfume de la oralidad, como queda dicho. La comunicación directa con el público, aparentemente venida a menos en las épocas más recientes, responde a una necesidad básica que la sociedad no olvida nunca. La poesía, como un diminuto jinete, sabe treparse sobre los medios que aparentemente la opacan, radio, cine, televisión y periodismo, se filtra en los resquicios e ilumina en el pequeño espacio que gana. La poesía es un eficaz antídoto contra ese “lenguaje de madera” esa sucesión inacabable de noticias que nada dice y que se ofrece en el batiburrillo de cada mañana. El lenguaje entrega más significados y, sobre todo, expresa la afectividad en toda su intensidad cuando se expresa líricamente. La poesía es el reino de la libertad, pero también el de la disciplina. Escogemos la poesía hasta cierto punto; podemos decir mejor que ella nos elige, pero nosotros la ayudamos con nuestra actitud, porosa a su encanto y a su poder.
Lima, setiembre 2003.
FUENTE:http://www.resonancias.org/.../marco-martos-la-creacion.../
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ÚLTIMO DIÁLOGO

–Tanto tiempo queriendo escribir
para llegar a la conclusión
de que escribir es un parpadeo
y que da lo mismo
escribir o no escribir,
parpadear o dejar de hacerlo.
¿Acaso alguien dice:
“miro tu parpadeo,
es azul o es
una raya en el espejo”?
¿o el parpadeo
sólo se hace de humo,
vive de por sí,
pasa y no deja huella,
como un único pájaro
sobre la espuma
en el verde mar inmenso,
donde el olvido y sueño
se juntan en un bostezo
de un hombre solo con su máscara
en una habitación de hotel extranjero?
–¿A quién le hablas?
¿Qué dices?
No te escucho.
Cállate. Deja
a los que han encontrado la quietud
en el tráfago de lo perdido.
Babel duerme.
Y tú vienes con parpadeos.
Busca un médico.
Cúrate.
Es un viejo tic inútil
tu parpadeo

Leve reino, 1996.
Marco Martos
POEMAS DE MARCO MARTOS (1)
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POEMAS DE MARCO MARTOS (2)
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