Carta de Chateaubriand a Madame Juliette Récamier
Esta es mi primera carta; te llama a
Roma, o me devuelve a París. Créeme que nada en esta vida sería capaz
de separarme o desviarme de tí. No puedo decirte cuánto sufro, porque
estás sufriendo también. Piensa! Un mes habrá pasado antes de que
regrese a Roma; pero luego tendré un mes cerca de tí. Sería que tú
vengas unos días antes. Si no vienes, todos los errores corren por tu
cuenta; porque te amo muchísimo, te llamo a mi lado constantemente, así
no tendrás pretexto para abandonarme. Recuerda que debemos terminar
juntos nuestros días. Es un pobre presente, regalarte el resto de mi
vida, pero tómalo... Mi buen ángel, sé mi guardián.